Hospital

Como Directora de Medicina, la Dra. Jena Valdez supervisa nuestros programas de atención veterinaria más innovadores e impactantes, diseñados para ofrecer una atención compasiva y de calidad a los animales de los refugios y una atención veterinaria asequible y sin prejuicios a los clientes y sus mascotas.

Además de supervisar los servicios veterinarios de la SF SPCA, la Dra. Valdez fue pionera en la puesta en marcha de la Clínica Veterinaria Comunitaria, un centro de atención preventiva pionera en su género en el distrito Excelsior de San Francisco (un desierto de recursos veterinarios desde hace mucho tiempo). También está trabajando para exportar el modelo escalable de Clínica Comunitaria a comunidades con pocos recursos de toda California.

Licenciada por la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Colorado, la Dra. Valdez tiene una amplia experiencia en la práctica privada, la acogida y los servicios de esterilización y castración de calidad y gran volumen. Es una defensora reconocida a nivel nacional por mejorar el acceso a la atención veterinaria y aumentar la diversidad en los campos de la medicina veterinaria y el bienestar animal.

La Dra. Valdez comparte su casa de San Francisco con su marido, su perro cruza con salchicha obsesionado con las pelotas y un gato regio marrón atigrado.

Un caso que nunca olvidaré es el de una gata siamesa llamada Shelby, que llegó a mí como una pequeña gatita dentro de una caja, incapaz de levantarse o andar. Anteriormente la habían tratado por problemas ortopédicos, pero nuestros análisis de laboratorio revelaron que padecía una forma genética muy rara de raquitismo, que la incapacitaba para formar hueso o hacer funcionar los músculos. Con un tratamiento cuidadoso, ¡conseguimos que Shelby se pusiera en marcha en solo un par de semanas!    

En la facultad de veterinaria nos enseñan que hay dolencias comunes que son las más probables: "Si oyes cascos, piensa en caballos, no en cebras". Guardo la foto de Shelby en mi pared para recordarme que las cebras están ahí fuera, y a veces, si buscas lo suficiente, encontrarás una.    

Durante mi camino hacia convertirme en veterinario, a mi perro de la infancia (y mi mejor amigo) le diagnosticaron un soplo cardíaco durante una visita de rutina de bienestar. Era mi inspiración, y la experiencia impulsó mi objetivo de proporcionar cuidados de primera calidad a los animales y a su gente. Estoy muy agradecida de trabajar en la SF SPCA, una organización que da prioridad al acceso a la atención veterinaria, y tengo el privilegio de influir positivamente en la vida de las mascotas y sus seres humanos cada día.  

Al terminar la universidad, sabía que quería trabajar con animales, pero no estaba segura de en qué, porque también quería formar una familia. Encontré trabajo en un pequeño hospital de animales con mujeres que eran a la vez madres y veterinarias. Rápidamente vi que convertirme en veterinaria me permitiría tener una carrera gratificante y ser madre al mismo tiempo. Hoy soy ambas cosas, ¡y me encanta!

Para mí es importante estar al servicio de mi comunidad y de la gente que me rodea. Creo en apoyar a los padres de animales domésticos con los conocimientos que necesitan para cuidar de sus mascotas y en proporcionar un amplio espectro de cuidados a cada paciente, sin importar su estatus socioeconómico.

Tras graduarme, mi decisión de trabajar en la SF SPCA fue algo natural para mí. El sentido de comunidad dentro de la organización es palpable, y me atrajo la rica experiencia del personal. Nuestro enfoque colaborativo de la medicina garantiza que cada caso se beneficie de múltiples perspectivas, lo que enriquece la atención que prestamos. La variedad de la medicina es otro aspecto que aprecio de trabajar aquí. Desde la atención de urgencias en el hospital principal hasta la realización de cirugías en nuestra clínica de esterilización/castración, cada día presenta nuevos retos y oportunidades para marcar la diferencia en la vida de las mascotas.  

Hace poco, miré mi viejo ejemplar de "My Book About me" del Dr. Seuss, que completé cuando tenía 11 años. En la página "¿Qué quieres ser cuando seas grande?", yo había escrito: "Veterinaria". Veintisiete años después, me encanta ser veterinaria y ser testigo de la profundidad del vínculo humano-animal a diario. Estoy especialmente emocionada por formar parte de la SF SPCA, donde puedo brindar mis servicios a todos los segmentos de la sociedad y ayudar al mayor número posible de personas a disfrutar del amor incondicional de sus mascotas.  

Elegí trabajar para la SF SPCA para poder servir a la comunidad en la que crecí y formar parte de una organización centrada en el bienestar animal. Me apasiona educar a la gente sobre las necesidades de sus animales para que sus mascotas puedan vivir una vida larga y feliz. La SF SPCA me permite aportar mis conocimientos de salud y medicina animal a una comunidad diversa y única de la que estoy orgullosa de formar parte.  

Aunque llevo ejerciendo la medicina veterinaria desde 1993, sigo disfrutando estar con los animales y la fauna salvaje, observarlos y trabajar con ellos. Me encanta basarme en mis propias experiencias personales y laborales para conectar con nuestros clientes y tener un impacto positivo en las personas y sus mascotas. 

De niña, rescataba gatitos callejeros, ardillas heridas y zorrillos; y siempre tomaba nota cuando nuestras propias mascotas enfermaban. A lo largo de mi vida, mi padre me dijo repetidamente que debía estudiar veterinaria. Finalmente, tras graduarme de la secundaria, le hice caso, y no me arrepiento.

No fue hasta que rescaté a mi primer perro en la universidad cuando pensé en convertirme en veterinaria. Era un cachorro enfermo que entraba y salía con frecuencia del hospital veterinario cercano a mi casa. Me enamoré de él al instante y me sentí atraída por la camaradería del campo veterinario. Los perros hacen del mundo un lugar mejor, y estoy más que agradecida por poder conocer y ayudar a tantos cada día.

Me encanta trabajar con animales a diario y disfruto enseñar a su gente cómo mantenerlos sanos y prevenir futuros problemas médicos. Me encanta el trabajo detectivesco de resolver un misterio y aprender nuevas cirugías y técnicas para ayudar a clientes que quizá no puedan permitirse una atención especializada. También me entusiasma apoyar a las comunidades sanas enseñando a una nueva generación de veterinarios a prestar cuidados compasivos a todos los animales.